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viernes, 11 de noviembre de 2016

·      El individuo que tienen un cuerpo enfermo y enclenque, no puede gobernar su mente , su espíritu, ni su corazón. La divina armonía se rómpe , y en consecuencia, es frecuente contemplar esa multitud de entes que vagan por el mundo, sin rumbo, lamentándose de su suerte, de su destino y maldiciendo la vida .