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jueves, 29 de junio de 2017

Miles de homeópatas de todo el mundo, desde hace más de dos siglos, corroboran a través de la práctica diaria, la eficacia de las microdosis. Médicos, químicos y físicos, tales como Boyd, Heintz, Berné, Pfeiffer, Stearns, Evia y otros, hicieron grandes aportes que demuestran que las altísimas diluciones del medicamento homeopático, poseen una energía perfectamente detectable por métodos físicos de laboratorio.
Preparación del remedio homeopático: cualquier sustancia de los reinos mineral, vegetal o animal sirve como base para preparar medicamentos. La técnica consiste en diluir una gota de la sustancia (soluto) en 99 de alcohol, o agua alcoholizada (solvente); agitando la mezcla (sucusión) se libera o acrecienta la energía medicamentosa. Tenemos así la primera dinamización centesimal (1ª C). De esta solución se toma una gota, se incorpora en otras 99 gotas del solvente. Agitada esta nueva mezcla tenemos la 2da dinamización centesimal (2da C). Obsérvese que la 2da C no significa una gota en 200, sino una gota en 10.000. Siguiendo con el mismo procedimiento, llegamos a la 3ra centesimal, una gota en un millón o millonésima. Si en tres pasajes, llegamos a diluir el medicamento en 1/1.000.000, al llegar al pasaje número 30, es decir pasada la gota original 30 veces, ya no habría sustancia. La expresión matemática sería: 30 C.: 100-30  y esta es una de las diluciones o dinamizaciones más bajas. Si tenemos en cuenta que después de la 13 C. ya no existe sustancia (pues se llega al límite de la dispersión de la materia) concluiremos que la acción del medicamento es dinámica o energética. Esta energía es la que le confiere el soluto al solvente (información en términos actuales según la física cuántica) y estará en relación directa al grado de dilución: a mayor dilución, mayor energía medicamentosa.