Etiquetas

martes, 20 de diciembre de 2011

CALIDAD DE LOS ALIMENTOS

CALIDAD DE LOS ALIMENTOS:

No me voy a referir a los que muchos pueden entender como “calidad” según su coste, estado de conservación, etc. Lo voy a hacer desde la óptica de la composición y desde sus necesidades acorde a su aparato digestivo y muy especialmente desde su condición de  “ser humano”.
Para ello se hace necesario que llegue a Uds. con fundamentos científicos, anatómicos e incluso filosóficos que les muestre y demuestre la condición de VEGETALÍVORO del ser humano.
Vegetariano  deriva de vegetar que significa: vigoroso, fuerte, de éste modo es vegetariano todo animal que come de tal forma que su alimentación  le permite mantener su vigor, y por lo tanto su salud. Por lo tanto de acuerdo a la definición son vegetarianos los perros, el león y el tigre, aun consumiendo carne, por cuanto ésta, su alimento natural, les permite mantenerse vigorosos. Estos animales dejan de ser vegetarianos desde el momento en que dejan de consumir su alimento natural: la carne. Si se alimentan de otra manera: enferman
El hombre, para ser vegetariano debe comer de tal modo que su alimentación le permita mantenerse sano y vigoroso. Para conseguirlo es indispensable  que adquiera conciencia y conocimiento de lo que come.
Además de los alimentos cárneos, leche y derivados, las bebidas tóxicas, conservantes, etc. que no forman parte de su alimentación natural y, por lo tanto le enferma, también hay vegetales que no se adaptan a su organismo y solo por un error trófico los consume: tales son las leguminosas, los feculentos, los cereales y todas las hortalizas que no puede comer crudas. Por otra parte, hemos visto que para ser vegetariano es indispensable  conocer la capacidad alimentaria; de lo contrario, si se combinan de modo inadecuado alimentos sanos, lejos de permitir buenas digestiones, producen fermentaciones tóxicas que ensucian el organismo y generan enfermedades agudas y crónicas. Los alimentos químicamente antagónicos son responsables de un gran número de enfermedades no solo intestinales sino sistémicas o generales
Vamos entendiendo entonces de que Vegetariano es por definición, el que mantiene su salud solamente  con los alimentos que consume. Vegetariano es sinónimo de Trofólogo (trofo: alimento; logos: estudio), es el que estudia la ciencia de la alimentación y, en consecuencia come con un mayor grado de conciencia.
Vegetalívoro (vegetal y voros comer), son aquellos seres que comen vegetales. La ciencia, la historia, la patología y la fisiología, nos demuestran que no todos los vegetales que puede consumir el ser humano se adaptan a su idiosincrasia. Pero sí está muy claro es el hecho de que el ser humano no es un carnívoro ni un omnívoro. ANATOMÍA COMPARADA:
El ser humano que introduce carne en su boca se encuentra conque su aparato bucal no se encuentra adaptado para su masticación, ya que faltan piezas dentarias  desgarrantes  que observamos en los animales carniceros. Por otra parte el maxilar inferior del hombre está dotado de movimientos laterales característicos de los animales que se alimentan de sustancias vegetales, y de los que carece la mandíbula de los carnívoros. A esto hay que agregar que, las glándulas salivales humanas encuentran injustificado su gran volumen e importante función  con el alimento cárneo con el cual no tienen acción ninguna. En cambio, como sabemos, las abundantes féculas del alimento vegetal, son digeridas y transformadas profundamente por la ptialina salival en dextrina y maltosa. Considerando finalmente que los dientes y molares están perfectamente dispuestos para la trituración de frutos y granos nos vamos dando cuenta de que nuestro aparato bucal está conformado armoniosamente para una alimentación vegetariana.
Llegada la carne al estómago se encuentra con un órgano de túnica musculares débiles y jugo digestivo poco ácido impropio para la digestión de carnes que lo obligan a una reacción excitativa que provocan la secreción de un jugo fuertemente ácido como el de los carniceros, de lo que surge una hiperclorhidria que persiste mientras como intento de adaptación  ante el estimulante anormal. Después de peptonizada la carne por el jugo gástrico, ha de verificarse su paso al intestino delgado a través de la válvula piló rica. Como ésta válvula solo permite el paso de productos débilmente ácidos, al encontrarse en presencia de una intensa acidez, reacciona con fuertes contracciones obligando a las túnicas musculares del estómago a reiterados esfuerzos, en parte inútiles, que al cabo del tiempo se traducen en una dilatación del órgano. Este estado de dilatación  o gastrectasia, trae como consecuencia el estancamiento de los alimentos, fermentaciones anormales y alteraciones de la mucosa gástrica que pueden llegar a producir ulceraciones.
En los animales carnívoros, el estómago se halla provisto de fuerte musculatura, como corresponde a su jugo muy  ácido y al hecho de que llegan a él los alimentos casi sin masticar; pues dichos animales solamente rasgan y engullen, en vista de que la saliva no interviene en la digestión de las carnes.
En los seres humanos que se alimentan de tal modo, aún se puede observar otra función  defensiva de adaptación anormal, como consecuencia a la presencia en el estomago de ácidos patológicos por la presencia de grasas animales. Tal es el caso del pasaje de líquido biliar y jugos intestinales desde el intestino al estómago para que se realice en éste la digestión que no puede hacerse en el intestino por las condiciones “particulares” del alimento. La digestión estomacal de carnes deja libre  productos tóxicos: tiroxinas, bases hexónicas, etc.  Que también se producen en menos abundancia cuando se consumen huevos, quesos y leguminosas. En cambio las frutas, verduras y cereales dan una digestión limpia y perfecta.
Legado el quimo gástrico, híper ácido y cargado de peptonas, al intestino, comienza la digestión en éste con jugos alcalinos (a excepción de la bilis que es neutra o ligeramente ácida), produciéndose gran cantidad de toxinas (tirosina, índol, escatol, etc.), cuando, como vamos diciendo, hay un exceso de alimentación proteica. El intestino del hombre, que es unas diez veces más largo que el tronco, es de longitud intermedia entre los animales carnívoros (cuatro veces más largo que el tronco) y el de los herbívoros (12 a 28 veces más largo que el tronco), y precisamente comparable en proporciones al de los monos frugívoros 8 7 a 10 veces más largo que su tronco). La considerable longitud del intestino humano y la debilidad de sus paredes nos quiere decir que necesita de contracciones prolongadas y débiles y que su contenido se ha de absorber lentamente  Esto requiere la presencia de dos clases de sustancias: unas absorbibles alimenticias, otras estimulantes que por su tenue roce contra sus paredes mantengan el suave y continuo movimiento que su función expulsora exige. La carne, los huevos, el pan blanco, el arroz blanco, los pasteles, etc.  Carecen de estos elementos estimulantes y por eso son causa, entre otras cosas, del estreñimiento. Los vegetales no desnaturalizados son, en cambio por su riqueza en celulosa, magníficos y armónicos estimulantes de la función intestinal.
Pasemos ahora la intestino grueso que por su gran capacidad nos indica que ha de alojar gran cantidad de residuos que, ocasionando su distensión determine su estímulo motor (incidió principalmente en la papila de Horner del intestino recto) suficiente a provocar su evacuación.  Volviendo a insistir en el papel primordial que ejerce la celulosa indigestible.
Para que el intestino grueso funcione normalmente necesita de la acidez de su contenido y alimentos como las carnes, pescados, mariscos dejan como consecuencia de las fermentaciones microbianas que desprenden residuos de predominio alcalino (amoníaco y bases diversas). Por el contrario los vegetales dejan  residuos de acción ácida predominantemente  (ácido carbónico, láctico, butírico, etc.)
Una vez completada la digestión, los productos resultantes son absorbidos por el intestino, pasando,  antes de abocarse a la sangre, por la jurisdicción revisora del hígado, que tiene la misión de retener y neutralizar las toxinas digestivas. En la alimentación carnea es tan excesiva  la cantidad de éstas que el hígado se fatiga y resulta insuficiente en su labor antitóxica. Siendo en gran parte en el propio hígado donde se comienza a producir el ácido úrico con los residuos de la digestión de los ácidos nucleicos  que tanto abundan en la alimentación de origen animal. El resultado final es que, la sangre de quien consume desechos cárnicos se impurifica y acidifica, siendo esto causa de múltiples enfermedades (artritismo). Una sangre acidificada excita el corazón, arteria, venas, nervios con endurecimiento de vasos sanguíneos y fatiga de los órganos expulso res (riñones), acarreando por último  la retención de urea en sangre en la que el riñón se ve imposibilitado de eliminar. En la alimentación vegetariana no existen estos problemas.
Resumiendo : por su excesiva cantidad de albúminas y los motivos expuestos , las carnes consideradas como alimentos plásticos, en primer lugar causan  discrasias estomacales  y fomentan la hiperclorhidria, generando úlceras, en segundo termino, acidifican la sangre provocando una serie de enfermedades : caries dentarias, dispepsias, varices, ateroesclerosis, reuma, gota, enfermedades de la piel, cálculos, enfermedades renales, neuritis, parálisis, etc.
La mano del hombre con sus dedos prensiles de recogedor de frutas, uñas planas y no garras es la de un mono antropoides. Nuestro pariente: El Gorila, verdadero “Rey de la selva”, con su talla de dos metros y anchas espaldas de un metro, la fuerza de muchos hombres solo perece de viejo o por la destructiva acción directa e indirecta del “hombre civilizado”. Su alimentación básicamente de frutas, raíces, hojas y semillas es “cocinada” por el sol.

DR. JUAN CARLOS SCHURIG TERRAF
 4229832
 SAN MIGUEL DE TUCUMAN
 ARGENTINA

ALIMENTACION COMPLETA

ALIMENTACIÓN COMPLETA Y PAPEL DE CADA SUSTANCIA:

Parea que la alimentación humana sea completa deben entrar en ella sustancias proteicas (albúminas, núcleo - proteicos), sustancias grasas (grasas, lecitinas, colesterina), carbohidratos (féculas, azúcares, almidones, sales (calcio, fósforo, carbono, etc.), vitaminas, diastasas, fermentos y agua. La necesidad de algunas de ellas es relativa, porque el organismo puede transformar unas en otras (albúminas, carbohidratos y grasas) y las de otras, absoluta (agua, vitaminas, diastasas, sales).
Desde el punto de vista químico la alimentación exclusiva de sustancias animales es incompleta por la falta de sales a lo que se agrega el alto contenido albuminoide fuertemente tóxico.
Para que la alimentación sea íntegra y fisiológica, es necesario que  contenga una cierta cantidad de celulosa, sustancia contenida en las hojas, tallos, raíces y cutícula de los frutos  y granos, cuya misión  - aparte un 20 por ciento que es digerida en el intestino - consiste en estimular la función motriz de las paredes del tubo digestivo, y constituye  gran parte del residuo intestinal. La carne, leche, queso, huevos, manteca y grasa, no contienen dichas sustancias, por lo que contribuyen al estreñimiento.
Una alimentación completa es la que satisface nuestras necesidades restauradoras y funcionales y por completa no se debe interpretar comer de todo ya que ni nuestro estómago está preparado para recibir de “todo”, ni nuestros órganos de eliminación están preparados para desembarazarse de todo lo que se recibe.
Nuestros tejidos se componen de un 70 % de agua, 10 % de albúmina, 11 % de sustancias grasas y 3 % de minerales varios, además de una cantidad variable de materiales  de función o hidrocarbonados y vitaminas.
La ración diaria de un hombre de 70 Kg. y de vida sedentaria, debe ser de 42 gramos de proteínas, 42 de grasa y 420 de hidratos de carbono. En individuos de mucha actividad física se puede llegar a 80 gr. de proteínas y 83 de grasas por 268 de hidratos de carbono. Advirtiendo que ésta cantidad de proteínas  y grasa es excesiva pudiendo ser reducidas a la mitad.
En las personas que realizan trabajos intelectuales, conviene elegir una alimentación más concentrada, con pocos residuos para no sobrecargar los órganos digestivos.   En los enfermos hay que tener en cuenta el grado de digestibilidad  de cada alimento. La tolerancia de éstos depende de  como se realicen todas y cada una de esas etapas  de digestión, fluidificación, absorción, asimilación y excreción, que hay que tener muy en cuenta para juzgar  de la bondad de cada alimento en cada persona. Así, pues es muy difícil establecer normas generales, porque en ningún asunto  como en el de la dieta alimenticia es tan necesaria la justa individualización.
Siempre será una verdad que no hay que echar en  olvido, aquello de “no nutre lo que se come sino lo que se digiere”. Las sustancias nutritivas no tienen más valor alimenticio que el que de ellas puede sacar el individuo que las come. Y esto varía hasta el infinito.

Dr. Juan Carlos Schurig Terraf .
 calle BUENOS AIRES 50 - 1º . TUCUMAN - ARGENTINA