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martes, 20 de diciembre de 2011

ALIMENTACION COMPLETA

ALIMENTACIÓN COMPLETA Y PAPEL DE CADA SUSTANCIA:

Parea que la alimentación humana sea completa deben entrar en ella sustancias proteicas (albúminas, núcleo - proteicos), sustancias grasas (grasas, lecitinas, colesterina), carbohidratos (féculas, azúcares, almidones, sales (calcio, fósforo, carbono, etc.), vitaminas, diastasas, fermentos y agua. La necesidad de algunas de ellas es relativa, porque el organismo puede transformar unas en otras (albúminas, carbohidratos y grasas) y las de otras, absoluta (agua, vitaminas, diastasas, sales).
Desde el punto de vista químico la alimentación exclusiva de sustancias animales es incompleta por la falta de sales a lo que se agrega el alto contenido albuminoide fuertemente tóxico.
Para que la alimentación sea íntegra y fisiológica, es necesario que  contenga una cierta cantidad de celulosa, sustancia contenida en las hojas, tallos, raíces y cutícula de los frutos  y granos, cuya misión  - aparte un 20 por ciento que es digerida en el intestino - consiste en estimular la función motriz de las paredes del tubo digestivo, y constituye  gran parte del residuo intestinal. La carne, leche, queso, huevos, manteca y grasa, no contienen dichas sustancias, por lo que contribuyen al estreñimiento.
Una alimentación completa es la que satisface nuestras necesidades restauradoras y funcionales y por completa no se debe interpretar comer de todo ya que ni nuestro estómago está preparado para recibir de “todo”, ni nuestros órganos de eliminación están preparados para desembarazarse de todo lo que se recibe.
Nuestros tejidos se componen de un 70 % de agua, 10 % de albúmina, 11 % de sustancias grasas y 3 % de minerales varios, además de una cantidad variable de materiales  de función o hidrocarbonados y vitaminas.
La ración diaria de un hombre de 70 Kg. y de vida sedentaria, debe ser de 42 gramos de proteínas, 42 de grasa y 420 de hidratos de carbono. En individuos de mucha actividad física se puede llegar a 80 gr. de proteínas y 83 de grasas por 268 de hidratos de carbono. Advirtiendo que ésta cantidad de proteínas  y grasa es excesiva pudiendo ser reducidas a la mitad.
En las personas que realizan trabajos intelectuales, conviene elegir una alimentación más concentrada, con pocos residuos para no sobrecargar los órganos digestivos.   En los enfermos hay que tener en cuenta el grado de digestibilidad  de cada alimento. La tolerancia de éstos depende de  como se realicen todas y cada una de esas etapas  de digestión, fluidificación, absorción, asimilación y excreción, que hay que tener muy en cuenta para juzgar  de la bondad de cada alimento en cada persona. Así, pues es muy difícil establecer normas generales, porque en ningún asunto  como en el de la dieta alimenticia es tan necesaria la justa individualización.
Siempre será una verdad que no hay que echar en  olvido, aquello de “no nutre lo que se come sino lo que se digiere”. Las sustancias nutritivas no tienen más valor alimenticio que el que de ellas puede sacar el individuo que las come. Y esto varía hasta el infinito.

Dr. Juan Carlos Schurig Terraf .
 calle BUENOS AIRES 50 - 1º . TUCUMAN - ARGENTINA

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