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viernes, 16 de junio de 2017

Muchas veces los pacientes nos preguntan acerca
del contenido de los medicamentos que prescribimos
los homeópatas. No siempre es fácil
responder ya que en el viejo paradigma en el que
todavía se mueve la mayor parte del mundo, todo
se mide en sustancia visible, palpable, medible y
pesable. Es desde la mirada del nuevo paradigma,
el de la física cuántica, que podemos explicar al
remedio homeopático. Desde esta mirada veremos
que nada es absoluto, que las interacciones de la
energía son impredecibles e infinitas y que hay
muchos fenómenos que aún no tienen explicación
para nuestra mente lineal.
En lo personal, luego de 34 años de haberme
acercado a estudiar la Medicina Homeopática,
aún sigo asombrándome de sus resultados y acepto
con alegría aquello que mi hemisferio cerebral
izquierdo aún no puede clasificar ni catalogar pero
mi hemisferio cerebral derecho puede integrar
y comprender sin explicaciones.
¿De dónde se obtiene la materia prima para
preparar un medicamento homeopático?
Prácticamente cualquier sustancia existente en
el planeta Tierra puede ser preparada homeopáticamente
y tal vez tener algún efecto terapéutico.
Se utilizan minerales, vegetales, animales e insectos,
secreciones biológicas y sustancias patológicas
de seres humanos y de animales, medicamentos
alopáticos y productos tan particulares como
por ejemplo el chocolate.
¿Cómo se prepara el medicamento homeopático?
Partiendo de una pequeña porción estandarizada
de la sustancia a utilizar, luego de un primer paso
farmacotécnico acorde al tipo de sustancia, ésta
se diluye progresivamente al tiempo que se agita
o sucusiona, de tal manera que se van perdiendo
las propiedades químico-físicas de la sustancia
original liberando su contenido energético.
Se utilizan diferentes formas de dilución, según
las distintas escalas que existen. Por ejemplo en la
escala centesimal se diluye una gota del producto
en 100 gotas de agua destilada y de ahí se vuelve
a sacar una gota y a repetir el proceso tantas veces
como lo requiera la potencia (que llamamos
dinamización) que se necesite según el paciente.
La dilución y la sucusión son las premisas básicas
que activan la sustancia original convirtiéndola
en una poderosa medicina, aun cuando ya no
quede nada dosable por métodos físico-químicos.
Sí se puede evaluar la presencia activa mediante
otros tipos de métodos capaces de medir la
energía contenida en el agua donde se prepara
el medicamento.
Al utilizar la dilución extrema se pueden utilizar
sustancias que serían muy tóxicas si se las consumiera
en su forma original, pero al prepararlas
homeopáticamente se transforman en maravillosos
medicamentos capaces de curar y salvar vidas.
Ej: arsénico, cicuta, estramonio, plomo, veneno
de serpientes, etc.
¿Cómo se sabe para qué sirve cada remedio
homeopático?
A diferencia de la medicina alopática que
experimenta las sustancias en pacientes enfermos
para comprobar si se curan, en Homeopatía se
experimentan los medicamentos en personas
lo más sanas que sea posible y se evalúa qué
síntomas psíquicos y físicos les provocan y también
si alguna molestia se ha mejorado con la experimentación.
A estas experimentaciones las denominamos
“patogenesias”. Se ha comprobado que
los mismos síntomas que la sustancia dinamizada
causa en una persona sana, son los que puede
curar en una persona enferma. De esta forma se
conoce la acción curativa de una sustancia.
A partir de las patogenesias se construye una
lista de los síntomas aparecidos y se intenta
comprender cuál es el núcleo o problema central
de la persona que va a necesitar de esa sustancia.
Por ejemplo, hay remedios homeopáticos en los
que predomina la falta de confianza en uno mismo,
o los miedos, o la sensación de abandono. Hay
personas muy calurosas que necesitan sustancias
que hayan provocado mucha sensación de calor
en la patogenesia. Así, se van comprendiendo
poco a poco los remedios homeopáticos y frente
al paciente se intenta elegir aquella sustancia a
la que más se parezcan sus síntomas.
¿Cómo hace el médico homeópata para elegir
el remedio para su paciente?
Los síntomas de la patogenesia se vuelcan en
un archivo denominado “Repertorio de Síntomas”
que es una ayuda muy práctica ya que permite
conocer cuáles sustancias han presentado los
síntomas que nos refiere nuestro paciente. Una
vez que se tiene un grupo de remedios posibles,
se compara el cuadro clínico de la persona con
los medicamentos, estudiándolos en la “Materia
Médica Homeopática”, en la cual cada medicamento
está descrito extensamente de acuerdo a los
síntomas surgidos de las patogenesias.
¿Cómo actúa el remedio homeopático?
El remedio homeopático es una sustancia que
ha sido diluida y agitada lo suficiente como para
que ya no queden rastros medibles de la partícula
original. Esto posibilita que se libere la energía
de dicha sustancia que es única y particular para
cada remedio y por lo tanto corresponderá a un
único cuadro clínico de síntomas que nos traerán
los pacientes. Podemos deducir que el remedio
actúa como una “información” energética que
tiene acción sobre la energía vital o campo
energético de la persona a la cual se parece y le
recuerda el camino de curación que debe seguir.
En realidad, a pesar de parecer materia física,
todos nosotros somos pura energía y es esa energía
vital la que se desequilibra cuando enfermamos.
En síntesis, el remedio homeopático no actúa
por sí mismo como lo hacen los medicamentos
alopáticos. Sólo estimula la energía vital de la
persona para que ella misma ponga en acción sus
recursos naturales para curarse. Es por eso que
no todas las personas responderán igual ante
los medicamentos: quien tenga muy buena
energía vital se curará rápidamente y la persona
más debilitada lo hará más lentamente y dentro
de sus posibilidades.
Como el remedio homeopático actúa desde
dentro hacia afuera y desde lo más profundo
hacia lo más superficial según la Ley de Curación
a la que estamos sometidos todos los seres humanos,
lo primero que mejorará es la mente, el estado
anímico y luego paulatinamente los síntomas
físicos, siempre desde adentro hacia afuera; ej. en
un cuadro respiratorio primero mejora el pulmón
y luego la garganta y la nariz.
Les sugiero investigar los trabajos de Masaru
Emoto quien ha demostrado claramente las
variaciones de imagen que presenta un cristal
de agua según el estímulo que haya recibido.
Del mismo modo, cada medicamento homeopático
tendrá su propia imagen y características propias.

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