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martes, 15 de octubre de 2019

Notas sobre la historia de la Homeopatía en EEUU[iv]
Como ya hemos dicho, una de las razones principales por las que a los médicos convencionales no les gusta ni la Homeopatía ni los homeópatas es porque les quitamos el negocio, no es por cuestión de principios, que en todo caso es una buena excusa.[v]

En Estados Unidos los homeópatas crearon una asociación médica nacional en 1844 (el American Institute of Homeopathy), que fue la primera asociación médica americana, dos años antes de fundarse la American Medical Association (A.M.A.) en 1846, en parte para frenar el auge de la Homeopatía.[vi] Varios miembros de la A.M.A., que eran particularmente adversos a la Homeopatía de hacía tiempo, decidieron purgar todas las asociaciones de médicos locales donde hubiera homeópatas.[vii] Además de ello, desalentaron la asociación con homeópatas; en 1855 la A.M.A. estableció un código ético donde sancionaba a los médicos ortodoxos con perder su condición de miembro si tan solo consultaban a un homeópata o a cualquier practicante “irregular”, cosa que en algunos estados suponía la pérdida de la licencia para practicar medicina.[viii]

Hacia el 1900 existían 22 escuelas médicas homeopáticas, más de 100 hospitales homeopáticos, unos 60 orfanatos y residencias de ancianos, y más de 1.000 farmacias homeopáticas en E.E.U.U. Las estadísticas indican que el número de homeópatas en Nueva York se doblaba cada cinco años entre 1829 y 1869. Según la Comisión de Educación de E.E.U.U., tres de las cuatro escuelas médicas con las bibliotecas más grandes eran homeopáticas. Y a finales de siglo XIX, existían unas 29 revistas homeopáticas diferentes.

Probablemente, la razón principal de la popularidad de la Homeopatía fue el éxito en el tratamiento de varias epidemias infecciosas que asolaron América y Europa durante el siglo XIX. Las estadísticas indican que la mortalidad en los hospitales homeopáticos por dichas epidemias a menudo era de la mitad a una octava parte de la que se daba en los hospitales médicos convencionales.

En 1910, la Fundación Carnegie publicó el famoso/infame informe Flexner. El informe Flexner era una valoración de las escuelas médicas americanas presidido por Abraham Flexner, en colaboración con líderes de la A.M.A.[ix] Con pretensiones de objetividad, el informe establecía directrices para sancionar a las escuelas médicas ortodoxas y condenar a las homeopáticas. Como consecuencia de dicho informe, sólo a los graduados de las escuelas que recibían una alta valoración se les permitía realizar los exámenes para licenciarse en Medicina. De los 22 colegios homeopáticos que había en 1900, sólo quedaban dos en 1923. Para hacer frente a las directrices y para poder acceder a los nuevos exámenes de licenciatura que exigían ciencias básicas, los colegios homeopáticos decidieron ofrecer más formación en patología, química, fisiología, y otras ciencias médicas. Aunque ofrecían mejor formación en esas disciplinas, la formación homeopática se resintió.[x] Como resultado, los graduados de esos colegios homeopáticos estaban menos preparados para practicar bien la Homeopatía: en lugar de individualizar los medicamentos según la totalidad de los síntomas de la persona, muchos homeópatas empezaron a prescribir medicamentos en función de las enfermedades. Las consecuencias de ese tipo de práctica eran resultados predeciblemente pobres, con lo que muchos homeópatas renunciaron al ejercicio homeopático y muchos pacientes homeopáticos buscaron otras formas de tratamiento.

Quizás la historia hubiera cambiado si John D. Rockefeller, un fuerte defensor de la Homeopatía, hubiera concedido mayores subvenciones a las instituciones homeopáticas. Instruyó a su asesor financiero, Frederick Gates, para hacerlo así, pero éste, ferviente defensor de la medicina ortodoxa, no cumplió las órdenes de Rockefeller[xi]. Esa pérdida de financiación fue trágica, pues supuso unos 300-400 millones de dólares, a principios del siglo XX, que fueron a parar a instituciones médicas ortodoxas.

Además de varios factores externos que obstaculizaron el crecimiento de la Homeopatía, también hubo problemas entre los mismos homeópatas. El desacuerdo dentro de la Homeopatía tiene una larga tradición. Los más famosos homeópatas norteamericanos fueron hahnemanianos. Sin embargo, la mayoría de homeópatas no prescribían sus medicamentos en base a la totalidad de los síntomas, sino principalmente según la queja principal; eran lo que Hahnemann, ya en su tiempo, llamó pseudohomeópatas. Las escuelas de altas y bajas potencias desarrollaron organizaciones, hospitales y revistas separados. En 1901, debido a ese desacuerdo, en Chicago existían cuatro asociaciones médicas homeopáticas diferentes.

Hacia 1950 todos los colegios homeopáticos de EEUU fueron cerrados o ya no enseñaban Homeopatía. Sólo quedaban 50-150 médicos homeópatas practicantes, y la mayoría tenían más de 50 años.

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