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sábado, 17 de diciembre de 2011

EL ACTO DE COMER

   EL ACTO DE COMER.


Se debe aceptar que cuando se duerme: se duerme; cuando se ríe: se ríe; cuando se llora: se llora y que cuando se come: se come. O sea que se debe estar por lo que se hace en pensamiento, palabra y obra. Caso contrario no se está obrando correctamente y se sufrirán las consecuencias y en el caso concreto del acto de comer si no se está por ese acto, el proceso digestivo y asimilativo no se hace debidamente.
Empecemos desde el principio,           Ud. ha de  disponer de un lugar apropiado que disponga de lo básico en comodidades. Es necesario comer de sentado (de pié lo hacen los caballos!). Un ambiente sosegado, compañías que estimulen armonía y sosiego y en caso de no disponerlo, mejor es comer solo o no hacerlo en ese momento. Los colores de manteles y cubertería deben de ser claros y la presentación de las ensaladas con sus colores distribuidos de forma que alegren la vista y en consecuencia despierte el deseo y la estipulación de los  jugos gástricos
Es recomendable no lanzarse a comer inmediatamente se sienta Ud. ante la mesa. Deberá Ud. “aquietar” su mente que viene turbulenta de pensamientos adquiridos en la actividad que estaba desarrollando hasta hace poco antes de  disponerse a nutrirse. Por ello le recomiendo los siguientes pasos: Sentado frente a su plato realice al menos diez respiraciones abdominales profundas y lentas. Al inspirar usted llena lentamente su abdomen a modo de globo, al llegar al máximo de distensión retiene tres segundos y a continuación exhala ( siempre por la  nariz), al tiempo que hunde la pancita hasta sacar todo el aire y finalmente retiene tres segundos , y , así de esta manera al menos 10 respiraciones. Este acto propiciará que todo su ser se prepare, con ello no solo estará relajándose, al tiempo que recibe el aroma de  los alimentos que estimularán sus jugos gástricos. A continuación  abre sus ojos y coloca sus manos a modo de pirámide sobre su plato (ambas palmas hacia abajo y la punta de los dedos juntas) y con unción (sentimiento), dice  para sí o mejor en voz alta: Gracias Padre por estos alimentos, por todos aquellos que han contribuido para que lleguen a mi mesa. El que lo cultivó, el que lo cosechó, y el que lo cocinó; que sean éstos mis medicamentos. Gracias Padre por estas compañías (si come junto a otra/s personas).
Hasta aquí Ud. solo ha consumido escasos segundos o pocos minutos de su tiempo que le han permitido aquietar su mente y bajar sus decibeles. Ahora ya puede servir ser y llevar el bocado a su boca. Una vez puesto ese bocado en su boca, debe Ud. dejar el cubierto junto al plato y llevar las manos sobre sus piernas a fin de evitar el automatismo peligroso que le convierta en  un espadachín con el tenedor.
Comer de prisa implica: comer doble y enfermar su aparato digestivo.
Come el doble porque quien come de prisa come más ya que el centro del hipotálamo en su cerebro recibe la orden de su estomago indicando: “lleno” a partir de los 25 minutos de haber comenzado a comer.
Enfermar a su aparato digestivo por sobrecarga de trabajo, ya que la digestión comienza en su boca con una correcta masticación e insalivación que formen un bolo alimenticio PRE digerido por las encimas de las glándulas salivales que realizan una PRE digestión. Lo podrá Ud. leer detalladamente más adelante en: “Digestión de los alimentos”
Volvamos a ese primer bocado que Ud. ya tiene en su boca y sus manos sobre su regazo. Entonces al tiempo que mastica y hace de lo sólido un liquido, Ud. debería de pensar que está en ese momento haciendo “inteligente” lo que come, lo que es lo mismo decir que está incorporando ese alimento que se hará  : sencilla y mágicamente Ud. Y al tiempo que disfruta de ese bocado tampoco debería de olvidar que en el momento que degluta dejara de disfrutar el sabor, por lo tanto reténgalo lo más que pueda en la boca antes de tragar. ¡Su salud se lo agradecerá!

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