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jueves, 15 de diciembre de 2011

El médico oficial en su práctica cotidiana

EL MEDICO EN SU PRACTICA COTIDIANA

Por acentado está que si desde las altas casas de estudio el aspirante a médico es dirigido e inducido en un sistema que se da por único  y válido para asistir la salud, resultará muy difícil para algunos e imposible para otros pensar y actuar de manera diferente a lo convencional.
La medicina a la que se tiene acostumbrada a la gente es esa medicina sencilla y fácil para las dos partes, el que la da y el que la recibe - médico y enfermo - y que se sintetiza en el acto de una receta donde se le prescriben pastillas, inyecciones, etc., donde se cierra el círculo del sagrado acto, claro que después de haber concurrido al “consabido vademécum” en algunos casos y en otros al producto comercial que más apego tenga el profesional ya sea por razones económicas o de práctica.( entiéndase : económicas para una o las dos de las partes implicada). Triste final de un acto sagrado, después de largos años de estudios.
Esa medicina sencilla es además de ineficaz por sus efectos supresivos y no curativos, una medicina cargada de efectos adversos que termina por hipotecar la salud del enfermo que se cronifica e intoxica. El médico al servicio de las multinacionales de la farmacia, las obras sociales pre pagas y su falta de formación ética cae rápidamente en la medicina “tiro de escopeta” que combina antibióticos, analgésicos, vitaminas, antiinflamatorios  a fin de cubrir un amplio espectro al tiempo que ampliar la cantidad de medicamentos que el laboratorio de su elección sabrá compensar con libros, viajes y otras regalías.
En la práctica quirúrgica existe otro tanto similar dentro de las paredes del quirófano donde se extirpa lo necesario y lo no tanto, (aunque siempre necesario para el equipo quirúrgico y la clínica). Existen honrosas excepciones que se pierden en la maraña y otras que son heroicas como las acciones de los médicos y residentes de las guardias hospitalarias que hacen lo que pueden a su alcance. Ocurre que las buenas voluntades de pocos no son suficientes cuando desde las bases las acciones se han desviado a extremos que la hacen invisibles para algunos y aceptables para otros como partes de una “normalidad”.
Llegado a éste punto Ud. se estará dando cuenta de que aparte de los cambios necesarios a nivel práctico deberá ir grabando en su mente el concepto de que la salud no se obtiene en el consultorio de un médico, ni en el mostrador de una farmacia o en la sala de un hospital, ella es el resultado de nuestros propios actos de cada día en relación a las leyes naturales que nos rigen.
Profesor Dr. Juan Carlos SCHURIG TERRAF
      Calle Buenos Aires nº. 50, 1º.
Teléfono 4229832 de : San Miguel de Tucumán .
                     República Argentina

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