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sábado, 17 de diciembre de 2011

LA SUJESTIÓN HIPNÓTICA


“Poder de curación de la Mente y las Energías que de ella se desprenden”:

El hecho de que muchos desconozcan la manera de actuar de las fuerzas psíquicas, mal llamadas ocultas, porque en la naturaleza no hay nada oculto, pues todo está fenomenológicamente manifiesto, aunque el hombre no acierta a percibirlo, como estuvo siglos enteros sin percibir los efectos de la fuerza de la gravedad ni las vibraciones eléctricas que llenan todos los ámbitos del espacio.
Lo único que en todo caso puede decirse que está oculto son las causas de los fenómenos, el “por qué” de cuanto nos rodea, pues semejantes arcanos son exclusivas pertenencias de Dios.

LA SUGESTIÓN HIPNÓTICA

Una de las fuerzas más potentes de los sugestionados, es estimular en sí el entusiasmo y la voluntad. Sobre todo el entusiasmo razonado, el convencimiento de que nuestra labor se efectúa perfectamente porque solamente el bien ajeno y la voluntad bien dirigida anima nuestra labor, serán mas que suficiente para darnos la fuerza psíquica necesaria en cualquiera de los aspectos curativos a que enfoquemos nuestra voluntad inquebrantable de curar y restaurar la psiquis del paciente.
Debemos por lo tanto suprimir todo temor, eliminarlo voluntariamente de nuestra mente a fin de restablecer totalmente nuestro espíritu antes de comenzar cada curación. Efectuando conscientemente esta gimnasia de la mente y la voluntad cada vez que nos coloquemos ante un caso, llegaremos a actuar sin esforzarnos en eliminar lo externo, pues nuestros valores psíquicos se impondrán inconscientemente  antes de al comenzar nuestra tarea curativa.
La energía o fuerza mental es más activa que la electricidad y por lo tanto sujeta a las condiciones mecánicas de intensidad, magnitud, dirección y sentido de aplicación, resultará también sujeta al axioma que “una fuerza mayor vence a una fuerza menor”, y de aquí que para emplear con éxito la técnica de la sugestión hipnótica es indispensable que las fuerzas psíquicas y mentales del operador superen a la del sujeto, y además que sepa emplear acertadamente esta superioridad. No se trata de una lucha física, sino psíquica de la voluntad curativa  del psicoterapeuta sobre el enfermo. En la lucha mental vencerá el que tenga más desarrollada las facultades de la mente y el espíritu, aun cuando físicamente sea más fuerte, o aparente, el sujeto.
El origen de las enfermedades, excepto las provenientes de accidentes traumáticos, es emocional y mental, más que fisiológico. . Las emociones siniestras como la ira, el espanto, la pena, el tedio o el temor suelen alterar ponzoñosamente los líquidos corporales y en consecuencia tornan a nuestras glándulas internas  en híper secretoras y a nuestros neurotransmisores en impulsores de enfermedades graves.
La energía espiritual de las personas es muy importante, si ha encontrado en los dominios de la santidad y ha logrado un alto asiento en la unión con Dios, hay probabilidad de que no produzca en su organismo efectos mortíferos de sustancias venenosas. Como todo en este mundo tiene su par opuesto o sea su contradictorio, resulta que la energía mental  es un arma de doble filo. Lo mismo puede esgrimirse del bien y del mal, con intenciones altruistas o egoístas, en sentido positivo o en sentido negativo, y por lo tanto para que la sugestión sea lícita es indispensable la absoluta moralidad del sugestionador. Sin este requisito esta práctica será de índole siniestra. Cuidar : una palabra inconveniente, un ademán brusco, un gesto inadecuado, pueden colocar al enfermo en una disposición de ánimo enteramente hostil a la influencia del sanador, quien por otra parte no se ha de mostrar jamás jactancioso de sus conocimientos, pero tampoco ha de abrigar dudas y temores  respecto al éxito del tratamiento. La ley del término medio regirá en este caso con su bienhechor imperio.
Además, no ha de esperar prodigios ni milagros que son peculiaridades del poder de Dios mediante los taumaturgos que alcanzaron  las cumbres de la santidad, sino que ha de contraer su esperanza a la obtención de resultados dimanen tes de la natural eficacia  de la energía magnética, inherente en el organismo humano y que proyectada científicamente reanima la tónica vital de un modo análogo a como obran los naturales agentes del sol, agua, aire, tierra convenientemente aplicados.
En esta terapia el operador debe de ceder al enfermo parte de su energía magnética, y por lo tanto ha de ser persona de muy robusta salud  de cuerpo y mente, de irreprensible moralidad y animado de un sincero propósito de beneficiar al enfermo, consideran dolo como prójimo que como cliente y dejando en segundo plano toda idea de lucro.
Esta fuerza no cura por si la enfermedad, sino que es la causa, la fuerza motora, el impulso, la energía necesaria y suficiente para determinar las reacciones fisiológicas cuya consecuencia es el restablecimiento de la quebrada salud.
La prueba está en que cuando un organismo tiene suficiente fuerza vital para provocar las saludables reacciones fisiológicas, se cura el enfermo por sí mismo, sin necesidad de medicamentos, por espontanea obra de la naturaleza, que los antiguos denominaban: VIX MEDICATRIX  y que es el fundamento de la llamada medicina EXPECTANTE.
En el caso de que el individuo no tenga suficiente fuerza vital para reaccionar espontáneamente, pero no sea mucha la que le falta, bastará al efecto un tratamiento naturista, con sus agentes: luz, agua, aire, las virtudes de las plantas, y otras técnicas apropiadas al caso.
Cuando el operado tiene la fuerza o robustez energética suficiente podrá  transfundir parte de su energía  vital, en la modalidad de magnetismo, en el organismo del enfermo, de la misma manera que se hace con la sangre tras fundida. Por ello es que destaco que lo mas importante o esencial  de ésta terapia es la energía vital del operador, y que el hipnotismo, la sugestión, no son más  que medios a propósito para realizar la transfusión de la energía vital en su modalidad magnética.
El operador es una estación transmisora y el enfermo una receptora.
Esta energía no es más que una modalidad de la única y divina energía  que anima y sostiene el universo con todos los seres que lo pueblan.
Les aconsejo: abstenerse de ponerse a encomiar su sistema, limitarse solo a inspirar confianza, manifestando que solo es su deseo es serle útil y hacer todo lo posible para devolverle la pérdida salud. Mostrar que es un amigo, un bienhechor el que va a tratarle. Es muy distinto cuando el que trabaja lo hace con otros fines, e incluso sin importarle si el enfermo cura o fallece.
Siempre la disposición externa es reflejo de la interna, por lo que una persona  que conozca fondo los principios de la técnica  y de su papel en la tierra, se colocará espontáneamente en la actitud mas adecuada para influir con toda eficiencia en el enfermo.
No es necesaria la confianza del enfermo en el sanador, aunque si la tiene será una circunstancia de mayor probabilidad para el buen éxito, y si no la tiene, muy pronto modificará su opinión al notar los primeros resultados.
La naturaleza jamás deja de actuar contra un estado morboso del organismo, por lo tanto conviene que Ud. convenza al enfermo de que asuma un régimen alimenticio sano.
Por último: muchos enfermos crónicos agravan muy a  menudo su enfermedad por creer  que están más enfermos de los que están. Ejemplo : un tuberculoso de evolución lenta, insidiosa que nota dolor en el pecho, le asalta la idea obsesionante  de que se va a morir, de que no hay más remedio para él, esta idea fija acrecienta el dolor, acelera la respiración, le quita el sueño, intensifica la fiebre y da nuevo impulso al proceso de la enfermedad. Así con otras muchas enfermedades. Incluso tratándose de casos de “muerte súbita por ataque cerebrales u otras”, en realidad no es muerte repentina, sino la etapa final de un proceso que tuvo un largo período de gestación  y desenvolvimiento.
Lo importante es mantener al enfermo con el pensamiento fijo en el mayor número de imágenes o representaciones mentales relativas al restablecimiento de su salud. Si se llega a entender de que los fracasos, tribulaciones, contrariedades, decepciones son pruebas a que Dios nos somete, para aniquilar el valor y temple de nuestra alma, pero de que como un padre amoroso jamás nos pondrá en un trance de la desesperación, sino, que por el contrario, si resistimos valerosamente el infortunio, acabaremos por vencerlo y salir de la lucha con reduplicada fuerzas para lograr victoriosamente el anhelo de nuestro espíritu.

TÉCNICA:

Nunca se debe practicar a la ligera, el principiante deberá de ser sumamente cauteloso, y no debe olvidar que su experiencia puede dejarle inerme ante un acontecimiento imprevisto, un shock, etc.
Los movimientos o actos que constituyen la emisión o proyección del fluido magnético y su empleo en la sugestión hipnótica, tienen sus nombres clásicos y son cuatro: Carga, Descarga, Fijación, Dispersión.

1 - CARGA:
Consiste en emitir o cargar los efluvios  magnéticos provenientes de la energía psi cónica que posee el terapeuta, para que las absorba el sujeto enfermo.

2 - DESCARGA:
Es el acto contrario, o sea eliminación del organismo tanto fluido como absorbió al cargarlo.

3 - FIJACIÓN:
Es la concentración o enfoque en determinado punto del organismo de la mayor cantidad de fluidos posible, o sea aplicar en dicho punto toda la energía mental y volitiva del operador.

4 - DISPERSAR:
Es la acción contraria a fijar y consiste en aminorar la actividad de un punto determinado del organismo,  o sea quitar de allí la energía acumulada.

FORMA DE PROCEDER:

1 - LA CARGA:
Siempre se hacen con movimientos lentos.
Se hace por movimientos llamados pases magnéticos que constan de tres tiempos. 1° .Tiempo: Se dejan caer los brazos a lo largo del cuerpo al tiempo que se cierran las manos en puño.
2°. Tiempo: Se levantan los puños hasta la altura de los cabellos del sujeto.
3°. Tiempo: Se abren las manos con los dedos dirigidos perpendicularmente a la piel del sujeto, al tiempo que se bajan las manos poco a poco hasta el epigastrio, manteniendo la punta de los dedos a unos tres centímetros de la piel. Esto si se trata de un pase de la cabeza hasta el epigastrio; pero el trayecto variará según el efecto que se desee producir. Los movimientos son siempre los mismos en los pases de Carga. Solo varía el trayecto, o sea el punto donde comienza y el punto donde termina el movimiento de pasar las manos abiertas  con los dedos dirigidos perpendicularmente  a la epidermis, a tres centímetros de distancia.

2 - PARA DESCARGAR:
Se hacen los mismos pases magnéticos, con la diferencia de que en vez de ser lentos como en la carga, han de ser rápidos, y los dedos han de quedar a unos diez centímetros de la epidermis.

3 - PARA FIJAR  O CONCENTRAR EL FLUIDO MAGNÉTICO EN UN PUNTO
Se emplea la imposición digital, esto es, que se deben juntar en punta o pirámide los dedos de la mano, y se dirigen como si se tratara de una espada hacia el punto que se desea concentrar el fluido, sin necesidad de tocarlo - a cuatro , cinco centímetros de la piel -.

4 - ACCIÓN DE DISPERSAR:
Se requiere el movimiento simultáneo de ambas manos en sentido transversal.
Pasos:
1°. Se dejan caer ambos brazos a lo largo del cuerpo y se cierran las manos en puño.
2°. Se colocan los puños uno a la derecha y otro a la izquierda del punto donde se quiere dispersar los fluidos
3 °. Se procede a abrir las manos como si se hubiese de servir  de barrera, se abren y se cierran lateralmente en dirección de una misma línea horizontal, pero una por un lado y otra por el contrario, con los dedos en sentido perpendicular a la epidermis. Es necesario repetir varias veces estos pases transversales cuyo objeto, como se comprende, es barrer el fluido, por decir así, y dispersarlo del punto del cuerpo en donde lo concentró la fijación.

ACCIONES COMPLEMENTARIAS.
La mirada, el soplo, la energía psíquica.
La mirada puede hacerse en un punto del cuerpo a tratar y allí se fijan los fluidos magnéticos, o mejor diríamos los efluvios mentales y volitivos irradiados por el operador.
Es necesario que la mirada sea dulce, ya sea que se use pose sobre el cuerpo o los ojos del paciente; bondadosa, como producida por la afectuosa simpatía con que se ha de tratar al enfermo, pues sin esta condición el resultado será completamente contrario, con inminente riesgo de caer en la fascinación  propia de la hechicería. .
EL Soplo es también otro medio de emitir y emplear las energías psíquicas, que en conjunto son vibraciones mentales y emocionales del pensamiento y de la voluntad del operador.
La voz : Dado que el magnetismo personal no es ni más ni menos que la serena vibración de la energía espiritual a través de la forma material, y en una persona de tal suerte evolucionada.
El timbre de voz es otra característica  del magnetismo personal, porque la voz es sonido y el sonido es vibración y la vibración penetra no solo por el oído sino por todo el cuerpo hasta la intimidad del alma.
Una voz de timbre chillón, bronco, áspero, duro o destemplado, forzosamente ha de ser ingrata y sus vibraciones no despertarán por lo muy groseras, los delicados sentimientos de simpatía, adhesión, respeto, admiración que sin duda despertará el sonido de una voz clara, firme, cálida, melodiosa, sin empalago y robusta sin bronquedad.
Por otra parte: la actitud, el gesto, la   ademanes, la inflexión de la voz, la sonrisa, la inflexión del rostro, cuando todo ello es natural, espontaneo, sin asomo de afectación ni artificio, ni preconcebido deseo de agradar, sino que brota del alma de la persona, como de la flor el aroma, y del sol la luz, no puede menos que aquilatar la simpatía de cuantos con ellas se relacionan.
Per el magnetismo personal no es un don singular ni un privilegio arbitrariamente concebido solo a unos pocos. Es por el contrario el inevitable resultado de su equilibrio psico físico espiritual, en consecuencia: el dominio de si mismo.
Si se trata de un terapeuta muy profano, puede que necesite, según el grado de su energía psíquica, bondad de intenciones, de 3 a 25 sesiones de una hora por semana para lograr la curación. Por supuesto que excite una diferencia entre los taumaturgos de que verídicamente nos habla la Hagiografía cristiana realizaron en nombre de Jesucristo, y por virtudes de Dios recibida, curaciones instantáneas, como las efectuadas por el mismo Jesús en la mujer atacada de flujo que le tocó la orla de la túnica, y como el gran número de curaciones realizadas por los santos taumaturgos.
Por otra parte hay que conocer el grado de receptividad del sujeto, ya que solo un tercio son sensibles, el otro tercio moderadamente sensible y el resto resistentes. Pero que les quede claro: todo enfermo es susceptible de experimentar los saludables efectos de la sugestión magnética, aun que no lo haya sido en normal estado de salud.
En realidad cada uno de nosotros somos para nosotros mismos un verdadero desconocido, a veces hasta un verdadero enemigo., y por ello debemos temer, conocer y tratar nuestro yo, de manera de mejorar nuestra personalidad.
Queridos pacientes: los hechos son más convincentes que las palabras, y aunque cada individuo de los miles de millones que pueblan este microscópico planeta sea un caso particular dentro de la regla general a que está sujeta la vida humana, basta conque el mayor numero de fenómenos psicológicos sean  de la misma índole para servir de fundamento a una concreta afirmación. Así es como excite la sugestión sin sugestionar a ningún individuo determinado. Es el caso de la sugestión de masa, donde basta un adecuado ambiente emotivo.

Ejemplo práctico: Cefalea.

 Sentado el enfermo con la mayor comodidad posible, comenzaremos por decirle que no piense de momento en nada y por nada se preocupe, ni tenga ningún reparo en cuanto él haga, pues solo desea aliviarle y si es posible curarle su molesta dolencia. Se establece contacto tomando al paciente por ambas muñecas, rozándole las rodillas y juntando los pies por las puntas.
Hecho esto, fija el operador la mirada en el plexo solar del paciente, hasta que por el contacto note el operador que la temperatura de sus manos está equilibrada con las de las muñecas del paciente. Entonces coloca el operador las palmas de las manos sobre la parte superior de los muslos del paciente, a fin de activar la circulación de la sangre por las extremidades y despejar la cabeza. Después se coloca el terapeuta detrás del enfermo, aplicando la mano izquierda a la izquierda de la frente y la mano derecha al lado derecho de la misma frente.
En esta posición se representará mentalmente el operador el estado de malestar y sufrimiento en que ha de hallarse el enfermo y pensará firmemente en que poco a poco se le va aliviando hasta desaparecer el dolor de cabeza. Esta representación mental ha de durar unos cinco minutos y transcurrido este intervalo se colocará el operador delante del enfermo para darle unos cuantos pases magnéticos muy rápidos desde la cabeza hasta las rodillas sin cesar de mantener la imagen mental del enfermo como si ya estuviese completamente curado. Transcurrido 5 min. , le dirá al enfermo con aire de profundo convencimiento: que ya no tiene tanto dolor de cabeza y que va a curárselo completamente. A continuación lo hará acostar en una camilla, se colocará de costado y dejará al descubierto la espalda y con la mano derecha se le harán pases muy rápidos desde la nuca a lo largo de la columna, mientras se mantiene la mano izquierda con los dedos abiertos colocada a la izquierda de la frente del paciente. Pesado 5 min. Se le ordena cerrar los ojos y que cuando oiga pronunciar  el Np 7  en la cuenta que va a hacer, abra los ojos y notará que el dolor de cabeza ha desaparecido. En cuanto el enfermo cierra los ojos el operador le abarca la cabeza con ambas manos aplicada en forma de corona y oprimiéndola ligeramente con un muy suave movimiento vibratorio comienza a contar lentamente del uno al siete y al decir 7 oprime fuertemente las manos contra la cabeza del enfermo, y como éste habrá abierto los ojos lo mirará fijamente diciéndole con cariñosa voz: Ya no le duele a Ud. la cabeza. Está Ud. del todo curado.

Profesor Dr. Juan Carlos SCHURIG TERRAF
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