Etiquetas

lunes, 19 de diciembre de 2011

SINTOMAS

                      LOS SÍNTOMAS:

 Un síntoma es la manifestación física de un problema más profundo que no está a la vista. Nuestro cuerpo siempre está manifestándose a través de síntomas, suprimirlos no solo es una acción de ignorancia sino un acto peligroso. Los síntomas deben de ser interpretados y asistidos en sus orígenes.
A pesar de ser nuestro organismo una máquina maravillosa que es la resultante de un aprendizaje milenario que sabe ajustarse a muchas condiciones salvo las que lo desbordan en donde aparece el “síntoma” Ejem. : La Fiebre que es una manifestación de defensa ordenada por el cerebro contra una agresión. En consecuencia es un síntoma de salud, ya que cuando más defensas más fiebre. La medicina Oficial busca reducirla a normal cundo nuestra sabia naturaleza hace lo contrario. No se debe pretender hacer callar los síntomas - dolor, fatiga, malestar, - , así como borrar las manifestaciones externas, como la fiebre, las inflamaciones tumores; por no hablar de restablecer las cifras: colesterol, azúcar, calcio. Lo mismo se puede decir  de querer “normalizar” los comportamientos  como: la insumisión, la depresión, la ansiedad.
Entendamos al síntoma como la punta de un iceberg que nos advierte de que algo no va bien ahí dentro. Intentar suprimir es como querer arrancar la punta del iceberg: no soluciona nada, por el contrario el suprimir hace: perder tiempo y oportunidad, enraizar la enfermedad o enfermedades que aparecerán de otras múltiples maneras más complejas y crear nuevas patologías con los químicos. Luego nos extrañamos que el barco naufrague. Con cada intervención supresiva o extirpadora, desequilibramos más nuestro organismo que se mantiene a duras penas. Destruimos nuestra salud. Caemos enfermos.
Uds. me preguntarán: ¿Por qué actúan así los médicos? Les respondo. Porque es lo que se les ha enseñado. Se les ha enseñado la enfermedad y el respeto a los dogmas científicos. A lo que se le agrega el hecho de que el establimench se beneficia de de este circulo cerrado de crear más enfermos.
Somos producto de una sociedad materialista y encima tercer mundista que agrava más los problemas pero con una importante ventaja: la crisis es una oportunidad.
Aquellos que poseen dinero se encuentran mucho más atrapados en este sistema ya que creen equivocadamente que el mismo les protegerá ante las adversidades de la salud. Por el contrario no solo son más apetecibles a que se les quite el dinero sino también la salud ya que no escatiman en consumir todo tipo de productos y someterse a cantidad de pruebas costosas, riesgosas y cirugías mutiladoras que bajo la cobertura de correctora exciten por doquier. Están enceguecidos no solo por su dinero e ignorancia sino por el destello de las presentaciones de los medicamentos y los destellos luminosos y acústicos de los sofisticados aparatos “modernos”. Destruyen su  salud. Caen enfermos.
A todo ello se debe agregar de que la medicina misma niega  la esencia del ser humano: el espíritu. Y si sabemos que la enfermedad nace de las profundidades para manifestarse en la superficie, ignorar  esta realidad es enfermar.
Por otro lado el materialismo - consumismo obliga a soluciones rápidas para las molestias físicas y entonces todo esta a la medida : que esperamos de un médico que está formado dentro de una estructura materialista en su concepción y no reconoce, en nombre de la sacrosanta ciencia, más de lo que se ve, se toca o se mide. Fuera de eso, nada existe.
Entendemos la enfermedad - a excepción de las traumáticas - tiene su origen en el alma, se instala como problema en el cuerpo invisible y se manifiesta en el cuerpo visible.
Conclusión suprimir es crear un problema sin resolver  y esta acción sale cara ya que reaparecerá de forma constante con múltiples manifestaciones. A veces el problema se camufla, pero en cada oportunidad seguirá gritándonos, pidiendo atención y socorro. Cada vez gritará más fuerte, mientras nos empeñamos en hacerlo callar con medicamentos  también cada vez más fuertes. A       sí hasta que el cuerpo no puede más y explota. Entonces llegan las prisas, el hospital, la cirugía, las interminables pruebas y el sistema nos traga. ¡Qué pesadilla!
Profesor Dr. Juan Carlos SCHURIG TERRAF
      Calle Buenos Aires nº. 50, 1º.
Teléfono 4229832 de : San Miguel de Tucumán .
                     República Argentina

No hay comentarios: