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viernes, 26 de mayo de 2017

Se denomina patogenesia al registro de síntomas suscitados en el ser humano por la administración de sustancias medicamentosas. Cuando Hahnemann inició la experimentación en los seres humanos, utilizó drogas en estado crudo, que provocaban grandes agravaciones. Decidió entonces, disminuir la dosis, diluyendo la droga en forma progresiva para atenuar la agravación. Sacudió la dilución (sucusión: procedimiento también inventado por Hahnemann) con el objeto de lograr una mayor dispersión de la sustancia diluida en el solvente. Estos dos procedimientos (dilución y sucusión) le depararon a Hahnemann la sorpresa de observar una acción más profunda y más potente de la droga. Así preparado el remedio, es decir “potentizado”, es capaz de suscitar el llamado efecto secundario de la droga, dado por la reacción del organismo frente al estímulo drogal (el efecto primario es el efecto de la droga en su estado crudo).
A poco de seguir con sus investigaciones, se encuentra Hahnemann ante un nuevo descubrimiento: sustancias inertes desde el punto de vista farmacológico, como Natrum Muriaticum (cloruro de sodio o sal común), Lycopodium (Lycopodio), Silicea (Sílice), etc., pueden desarrollar patogenesias. Estas patogenesias, o conjunto de síntomas, no están referidos a un órgano, a un aparato o a un sistema; es el organismo total, como una unidad psicosomática indivisible, quien responde a la acción energética o dinámica del medicamento homeopático.
Pero no todos los experimentadores son susceptibles al medicamento. Nace así el concepto de idiosincrasia. Es decir, que de cien individuos que tomen por ejemplo, Lycopodium, experimentarán los síntomas del medicamento unos pocos. Algunos sólo serán sensibles a Phosphorus; otros a Calcarea Carbonica, o a cualquiera de los cientos de medicamentos que integran la Materia Médica Homeopática.
A manera de ejemplo, señalamos algunos de los síntomas más característicos de Lycopodium, medicamento del cual se obtuvieron más de 3.000 síntomas patogenéticos.
Lycopodium: los síntomas se manifiestan especialmente en individuos con escaso desarrollo muscular, delgados con marcada tendencia a las afecciones hepáticas. El sujeto Lycopodium presenta arrugas prematuras, tórax delgado y vientre prominente; ojos vivos e inteligentes.
El núcleo de su personalidad lo constituye la falta de confianza en sí mismo, manifestada a través de su timidez, temor al fracaso, indecisión, temor a enfrentar situaciones nuevas, descorazonamiento.
Muchas veces, como formación reactiva a este sentimiento de inferioridad, se vuelve autoritario, altivo, orgulloso en actitud de suficiencia, no tolerando la más mínima contradicción, ante la cual reacciona violentamente. Despierta de mal humor; es sensible a la ofensa; busca la soledad, pero al mismo tiempo teme estar solo. Olvida nombres propios o equivoca palabras al hablar o escribir. Muy emotivo, sobre todo ante un gesto noble o una demostración de afecto. Sueña que vuela. Si le duele la cabeza, será del lado derecho; si se trata de una angina, también; cualquier síntoma tomará esa lateralidad.
Cualquier sufrimiento empeorará a las 16 horas.; o de 16 a 20 horas. Tiene un marcado deseo de dulces. Apetito saciado a los primeros bocados. Debe aflojarse el cinturón. Presenta gran distensión después de comer. Aquí, para terminar, aclaremos que no necesariamente los pacientes de Lycopodium presentarán todos estos síntomas. Podrán tener unos sí y otros no.

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